Día 10
49 km
Sentado en el jardín de Mette Christina, tras limpiar las bicis, cocinar y satisfacerse de una rica cena.
Las 10 de la mañana suele ser la hora a la que nos ponemos en marcha cada día. Nos despedimos de Peter que tan bien nos ha tratado. A esa hora el sol ya era fuerte así que la crema solar no falta.
Con Sharon hablamos y comparamos las distintas vías de bicicleta que hemos encontrado hasta ahora y por el momento gana Holanda por la señalización y en general tener tu propia vía separada de coches. Lo único que cuando la compartes los conductores no frenan tanto como en Alemania. Siendo conscientes de que sólo conocemos una pequeña parte de las vías de bici de cada país. Esto me hace pensar a la historia de los ciegos tocando una sola parte del elefante y cada uno dicendo lo que era un elefante solo por tocar una pata, o la oreja o el colmillo…
Ya llevamos unos 570 km desde que aterrizamos en Amsterdam y se va notando en las piernas. No tanto en el culo que ya se acostumbra y el culot no está siendo necesario.
Qué bien que decidimos desviarnos del camino más directo al príncipio de la ruta y así pasar por un bonito bosque Son esos momentos los que te hacen expandir el pecho, sonreír y sentir que harías esto toda la visda. Incluso Alma lo celebró tocando la flauta y la harmonica en su carrito. Qué ábil!
El clima estuvo muy variado entre sol, viento, fresco, nubes… Y Alma tampoco estaba cómoda en la segunda parte del camino así que paramos, jugamos, y Sharon tuvo que dormirla bailando y ya llevarla en la mochila delante de ella.
Y tras 3 km de puente llegamos a Vordingborg donde fuimos al lidl y nos apovisionamos de alimentos para una buena cena. Mette nos dejó pasar a su casa a través de couchsurfing y de ahí sugieron charlas y demás. Gracias Mette. Buenas noches a tod@s.
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