Día 6
45 km
Os escribimos desde casa de Joaquín un amigo hermano de la infancia de Sharon que vive en Hamburgo. En un par de horas estamos yendo al Aeropuerto para ir a León, España, para ver a la abuelita Socorro de 101 años que está en el hospital. Hacemos una pequeña interrupción de nuestro viaje para ir a verla y que pueda conocer a Alma.
El festín y el típico desayuno holandés de los niños (pan, margarina y chocolate que sabe a azúcar)
El día empezó con un gran desayuno en el bed&breakfast. No suelo desayunar pero te lo ponen delante y… pequé.
Nos pusimos la ropa de lluvia, ajustamos el freno de Sharon de adelante y nos fuimos al Puerto de Delfzijl. El barco tarda 1hora hasta Emden y ya estas en el lado alemán de la bahía del Dollar.
Bye bye Holanda
Los barcos son un buen momento para jugar con tu pequeña
Tras salir de Emden dijimos que hoy el trayecto se lo íbamos a dedicar al hermano de Jojo, nuestro amigo fotógrafo francés y justo una golondrina nos rodea 6 veces para marcharse después. Ahora buscando en Google leemos que la golondrina significa para los egipcios que guarda el alma a los muertos y los marineros se la tatuaban para que el alma fuera al cielo si morían en alta mar.
Al aburrido camino un poco de diversión
Esa mañana tuvimos el más aburrido e incómodo trayecto pasando por pueblos monótonos con mucho tráfico, teniendo que ir por la acera y la otra parte al lado de un canal con el empedrado lleno de desniveles. Pero ya pasado Aurich el lado del canal se pone más bonito y cómodo rodeado de árboles y mucha belleza. Incluso llego a asomarse el sol.
Y ya con mucha hambre y tras 35 km nos paramos a hacer una sopa, salchichón de casa… y tomar un descanso. Miré mi WhatsApp y tenía noticias de que la médica de mí abuela decía que esta vez no saldría del hospital.
Así que tras meditarlo y ver opciones compramos los billetes de avión Hamburgo-Madrid y tren hasta León. Por suerte un bus nos llevaba al siguiente pueblo, Leer, y un tren desde allí a Bremen y Hamburgo. Gracias que en todos los transportes pudimos meter las bicis y el carro. Una gran gymkana en la que la ayuda de extraños era siempre muy bienvenida.
Alma pudo hacer un par de amigas en el trayecto. Me doy cuenta de lo importante que es socializar en esa edad y en todas para jugar, aprender y enseñar.
Alma golpeándose la cabeza contra el cristal y quizá viendo el paisaje
Y Hamburgo nos recibió lloviendo y con un hogar, un sótano para las bicis y una tortilla de patatas. Gracias Joaquín!
Una rica bienvenida